No se trata de cuánto haces, sino de cuánto amor pones en lo que haces. – Madre Teresa
Todos los seres humanos nacen con la capacidad de amar y cuidar a otras personas. Es parte de un rasgo de crianza que nace de forma inherente. Si bien es algo natural para la mayoría, puede representar un desafío para algunos. A menudo existe una inclinación natural a ayudar a alguien que amas cuando lo necesita.
Ciertos idiomas son específicos respecto a la diferencia de roles y tipo de relación de los diversos tipos de cuidado existentes. Debido a que es un tema interesante, no queríamos dejar pasar la oportunidad de explicar la diferencia entre caregiver (persona que brinda cuidado, siendo este tipo de cuidado llamado caregiving) y caretaker (persona que vigila el cuidado, siendo este tipo de cuidado llamado caretaking), ya que cada una representa un tipo relación y comportamiento diferente entre un cuidador familiar y su beneficiario de cuidado. Al ser palabras propias del idioma inglés, su traducción puede ser compleja, sobre todo al español. Por lo que durante todo el artículo, verás las palabras caregiver y caretaker en su idioma original para evitar confusiones en las definiciones.
Como cuidador familiar, puedes ser caregiver, caretaker o un poco de ambos. El tipo de cuidador que seas puede afectar significativamente la forma en que afrontas tu rol de cuidador. Sin embargo, estos dos términos se usan indistintamente para significar lo mismo, pero tienen diferencias específicas sobre las cuales reflexionaremos.
¿Cuál es la diferencia entre caregiving y caretaking?
Aunque «dar» y «tomar» describen acciones opuestas, caregiver y caretaker significan «una persona que brinda cuidado y atención».
En las explicaciones del diccionario, caretaker generalmente se describe como alguien empleado para cuidar bienes, propiedades, personas o animales. Caregiver se refiere a un familiar, amigo o profesional que brinda cuidado y apoyo a un niño o un adulto dependiente.
Sin embargo, como el lenguaje se especializa y da otros significados según el contexto, podemos notar una diferenciación en estos dos términos cuando se usan para describir el cuidado de otra persona necesitada.
El caregiving proviene del amor y forma la base de relaciones adultas saludables. Sin embargo, hay otro elemento que se desarrolla a partir del caregiving y es el caretaking. Este último causa codependencia, y está muy lejos de extender amor y cuidado a otra persona.
¿Quién es un caregiver?
Cuando pensamos en caregivers profesionales, por lo general pensamos en aquellos empleados en hospicios o asilos de ancianos que cuidan a los enfermos crónicos o a personas mayores. También hay caregiver familiar (cuidador familiar) que cuida a una persona discapacitada, una persona con enfermedad mental, un niño o una persona mayor dentro del entorno del hogar.
El caregiving familiar (cuidado familiar) es una experiencia satisfactoria que está llena de recompensas más allá de las responsabilidades que uno asume. Convertirse en un caregiver consiste en cuidar a alguien sin esperar nada a cambio, ya sea un pago o cualquier forma de compensación.
Cuando te conviertes en caregiver, estás allí para ayudar a cuidar a otra persona y no necesariamente entrometerte en sus vidas personales y tomar decisiones en su nombre. Estás ahí para empoderar y alentar a la persona a la que cuidas a tomar las decisiones correctas y ser responsable de sus acciones. Caregiving implica establecer límites tanto con la persona que cuidas como contigo mismo. Como caregiver, cuidar de ti mismo es un aspecto fundamental para el bienestar de todas las partes.
Otras características de un caregiver son:
- Valoran y aprecian la ayuda de los demás.
- Los caregivers tienen en cuenta sus propias necesidades, las personas que están cuidando y los demás miembros de la familia involucrado.
- Respetan las opiniones de las personas.
- Aprecian las fortalezas y los atributos positivos en los demás y en ellos mismos.
- Entienden que cuidar a otra persona consiste en dejar que la persona tenga sus propias elecciones y alternativas, no ultimátums.
- Esperan que se les pida consejo.
- Están entusiasmados con su rol como caregivers.
- Son empáticos y sienten amor por la persona que están cuidando.
- No toman las acciones de otra persona como algo personal.
Lee más detalladamente quién es un cuidador y qué hace un cuidador.
¿Quién es un caretaker?
Como caretaker, puedes cruzar fácilmente el límite hacia el caretaking, lo que conduce a una relación infeliz e insalubre. La diferencia significativa entre un caregiver y un caretaker es el establecimiento de límites bien definidos. Cuando faltan, el cuidado puede llevar a la codependencia, que es un comportamiento disfuncional.
Es fácil que los objetivos del caretaker tengan prioridad de una manera sutil que lleve a expectativas insatisfechas, lo que puede llegar a arruinar una relación que era saludable. En este caso, el caretaking puede dañar al caretaker y a la otra persona en lugar de lograr el propósito previsto.
Un caretaker no asume su rol por empatía. En cambio, están impulsados por la necesidad y la privación, creando un entorno propicio para ello. La persona no es responsable de sus acciones; no asumen la responsabilidad de su comportamiento y necesidades dejándolos dependientes del cuidador. No pueden vivir con confianza en sí mismos.
A diferencia de un caregiver que no espera nada mientras cuida a otra persona, el caretaking genera expectativas o condiciones. Además, un caretaker se siente superior y necesario, lo que lleva a un cierto nivel de control sobre la persona a quien cuida, lo que genera una relación desequilibrada. Con el tiempo, ese entorno genera ira y resentimiento cuando no se siguen los consejos o recomendaciones del caretaker.
Otros elementos que caracterizan a un caretaker incluyen:
- Se sienten agotados, frustrados y estresados, ya que no es un servicio brindado por amor o empatía.
- Los caretakers no practican el autocuidado.
- Los caretakers creen que saben lo que es mejor para los demás.
- No toman bien las opiniones de los demás. Son moralistas sobre sus puntos de vista.
- Los caretakers pueden extenderse demasiado, lo que conduce a la fatiga del cuidador.
- Un caretaker no confía en la capacidad de la otra persona para cuidarse a sí misma. En su mayoría, disuaden a la otra persona de pensar por sí mismos.
- Es más probable que los caretakers atraigan a personas necesitadas.
- Empiezan a solucionarse cada vez que surge un problema.
- Se sienten despreciados o resentidos.
- Los caretakers pueden ser dramáticos en la forma en que abordan la resolución de problemas. Están más enfocados en el problema.
- Tienden a usar más las declaraciones de «tú» de forma crítica.
Por otro lado, no debemos olvidar que cada moneda tiene dos caras. Los beneficiarios de cuidado también pueden desempeñar un papel importante en la construcción de un entorno dañino. No siempre son las únicas víctimas. En una relación de codependencia, la persona a la que se cuida puede manipular al cuidador para que asuma la responsabilidad de resolver sus problemas, haciendo que la carga para el cuidador sea más pesada. De esta manera, cada una de las partes contribuye a una insana relación general, la empeora progresivamente durante el camino y todos sufren las consecuencias.
¿Siempre es malo ser caretaker?
Como cuidador familiar, a veces necesitarás cambiar de caretaker a caregiver según el nivel de apoyo que requiera la persona a la que cuidas. Es importante darle a la persona que cuidas la oportunidad de tomar decisiones y cuidar de sí misma tanto como sea posible. Por supuesto, en determinados casos, como el cuidado de niños, personas con Alzheimer, demencia o enfermedad mental, tendrás que asumir más responsabilidades, según lo requiera tu función.
¿Cómo sabes que has pasado de caregiving a caretaking?
Algunos expertos tienden a ver el caregiving y el caretaking como un continuo, pero son mutuamente excluyentes. Un caregiver puede cruzar fácilmente el límite si se involucra demasiado en la persona que está cuidando. El caretaking es un comportamiento que se puede cambiar si la persona se da cuenta de que ha cruzado la línea. Entonces, ¿cuáles son las señales a las que debe prestar atención si temes haber pasado de ser un caregiver a un caretaker? A continuación, se incluyen algunas preguntas que debes hacerte para determinar el cambio en tus roles como cuidador.
¿Te sientes enojado o resentido con la persona que estás cuidando?
Ésta es una de las formas más seguras de saber si eres un caretaker en lugar de un caregiver. La ira y el resentimiento pueden surgir de expectativas no satisfechas y una relación desequilibrada entre el cuidador y el beneficiario.
¿Crees que el beneficiario debería apreciar tus esfuerzos?
Los caretakers sienten que cuanto más se unan para ayudar a otra persona, serán más amados o valorados. Esperan que la persona que recibe la ayuda o el cuidado reconozca y aprecie todos los sacrificios que están haciendo por ellos. Sin embargo, esperar que alguien te valore más o te ame más por lo que haces por ellos puede indicar que tu sentido de valía depende de lo que los demás piensen de ti.
¿Respetas a la persona a la que cuida?
Un caretaker no respeta ni reconoce la capacidad de los beneficiarios de cuidado para cuidarse a sí mismos. Es fácil suponer que puede ver las necesidades de la persona a la que está cuidando mejor que ella, dándole la impresión de que no es lo suficientemente buena.
¿Estás saltando a solucionar algún problema de la persona que estás cuidando?
Si descubres que estás corriendo para solucionar todos los problemas de la persona a la que cuidas o protegerla de las consecuencias de acciones específicas, ya has cruzado la línea hacia el caretaking. Si no le permites al beneficiario lidiar con la situación o las consecuencias de sus acciones, es posible que nunca aprenda la lección prevista. En segundo lugar, como caretaker, terminas asumiendo la carga de lidiar con el problema que conduce al estrés y la fatiga. Al final, nadie se beneficia de la situación.
Consejos para mejorar tu vida como cuidador
Como caregiver, es posible que te descuides en términos de tu tiempo y emociones, lo que puede resultar abrumador. A veces puede pasarte factura, provocando estrés, frustración y, si no se controla, resentimiento. Puedes hacer algunas cosas para cuidar tu bienestar y poder ofrecer la mejor atención a tu ser querido.
Ocúpate de tus propias necesidades.
Como cuidador familiar, descubres que tu tiempo lo ocupa la persona que estás cuidando. Sin embargo, es fundamental dedicar un tiempo al autocuidado. Esto podría incluir una caminata matutina, tomarte un tiempo para meditar o leer, o cualquier cosa que te ayude a relajarte antes de comenzar tu rol de caregiver.
Mantén tu vida social.
El caregiving toma mucho tiempo, dejándote agotado y sin poder incluir ninguna otra actividad en tu día. Al cuidar a una persona enferma o de edad avanzada, es posible que te sientas deprimido al final del día. Sin embargo, salir y alejarse de ese entorno puede ayudar a reducir el estrés y eliminar los sentimientos de soledad.
Rompe con la norma y pasen un buen rato juntos.
Si cuidas a una persona enferma o mayor, hay actividades mundanas repetitivas. Intenta romper con la norma dando un paseo por el parque con ellos, viendo una película, participando en un juego de mesa simple o escuchando sus historias para animar las actividades del día a día. Estos momentos marcarán la diferencia para ambos y les brindarán una experiencia más gratificante.
Busca apoyo.
El caregiving puede ser un trabajo muy solitario. Asegúrate de apoyarte en otras personas. Podría ser tomar un café con un amigo o unirte a un grupo de apoyo para hablar sobre cómo te siente. Varios foros pueden ofrecer soporte físico o en línea. Puedes instalar una app de cuidado en tu teléfono para facilitar la vida de los caregivers y los beneficiarios de cuidado. Encuentra un enfoque que te funcione para compartir tus sentimientos y desahogarte.
En conclusión
Caregiving es una experiencia valiosa y gratificante que puede ayudarte a crecer como persona. El caretaking, por otro lado, hace más daño que bien a ambas partes. Sin embargo, este comportamiento disfuncional puede cambiar una vez que reconozcas que estás cruzando el otro extremo del continuo. Puedes encontrar una manera de equilibrarlo para un caregiving más eficiente y exitoso, y el beneficio de todos los involucrados en el proceso.